Los Jardines de la Atalaya encierran una gran variedad de especies de árboles y arbustos de singular interés.
La Atalaya, está situada en unos terrenos en los que construyó un palacio rodeado de jardines hacia 1877, en un extremo del barrio de Santiago, entonces a las afueras de la ciudad. En el centro del conjunto se levanta la vivienda, un armonioso palacete en torno al que se dispone la amplia zona ajardinada. El diseño fue encargado a un paisajista francés, quien dispuso una serie de caminos con recoletas glorietas ornamentadas con fuentes. La zona frontal a la vivienda presenta una vegetación más abierta, con amplios espacios reservados al césped, en tanto que la parte posterior es más frondosa.
En la década de1970 se reordenó el jardín con motivo de la instalación en el palacete del Museo de Relojes y recientemente se ha realizado una restauración general para renovar y actualizar la instalación museística pasándose a denominar “Palacio del Tiempo” con más de 300 piezas de los siglos XVII, XVIII y XIX, de la relojería francesa, inglesa y centro europea.
Los jardines tienen una extensión de unos 18.000 m2 y poseen ejemplares de árboles centenarios y fueron diseñados jugando con varias alturas y dotados de estanque, fuentes, bosquete, parterres… todo según el modelo del paisajismo francés imperante en el siglo XIX.
Entre las especies arbóreas más importantes destacan por su porte los almeces, yucas y palmeras, ubicados en la entrada y los laterales. En su rotonda y jardín principal podemos ver una enorme araucaria y un laurel excepcional, así como pinos canarios, jacaranda, ombú, ciprés de Arizona y cedros, un majestuoso gingo, jacarandas, aligustres matizados y grevilleas, entre otras especies.
Los Jardines de la Atalaya han sido declarados Bien de Interés Cultural como jardines históricos y catalogados como Patrimonio Histórico Andaluz.